lunes, 7 de mayo de 2012

El Laberinto


El Laberinto

por Carlos Vicente Torrealba

De los tantos correos que afortunadamente recibimos,  uno esta semana me hizo revivir con la misma intensidad lo que me ocurrió hace algunos  años cuando hablaba mucho con mis hijas, una de ella, quizás la que se ha aferrado mas a mi forma de ver la vida,  me preguntó sobre el amor y ¿por qué dicen que se acaba?

Mi hija me  puso en  un aprieto pues estábamos los dos en el riego del jardín, no rodeados de libros, ni en un confesionario, ni tampoco después de comer donde las palabras siempre para mi son el mejor digestivo. No, tan solo  estábamos humedeciendo las matas y quizás también los sentimientos,  pues me pude dar cuenta  que mi hija estaba experimentado su primer desamor, quizás la primera gran perdida de un humano.  La tomé de la mano y le dije:  al parecer hija, el amor humano resulta difícil de mantener bien estructurado pero el desamor,  mi amor está casi a la vuelta de la esquina con un pequeño soplo extingue la llama del amor y nace el desamor en esas  cálidas cenizas.

Seguimos regando el jardín y ella en silencio, esperando mas respuestas  producto de su pregunta. Nos detuvimos  por un momento y nos sentamos en un banco que caben apenas  dos almas, la abrace y le dije:  hija, es que el  compendio de la felicidad es tan complejo, ya que  está cargado de tantos matices y es como un laberinto lleno de muchos recovecos, que muy a menudo presenta deficiencias tanto para entenderlo como para darnos cuentas cuando este empieza a aparecer o se va.

La felicidad hija, posee muchos pilares pero el mas importante y que le da argumento existencial a los otros pilares que sustentan la vida personal, y que  hoy desafortunadamente esta desfavorecido por una percepción equivocada fácil y cómoda es el concepto de pareja, si amor son esos seres que se unen para ir a la par. Es lamentable que por una  falta de conocimiento y aprendizaje en  la actualidad ésta se entiende como relación más o menos esporádica que puede durar o no y que se defiende como algo transitorio, que si se rompe no pasa nada ¡que lastima que muchos piensen así!.

Simplemente estos seres se conforman y comenzarán otra relación y adelante sobre los cadáveres de las almas, las ilusiones y los sueños, lo importante para  ellos es ir cambiando de cónyuge, de pareja, de novio, de esposos o de amante y siempre con la vaga ilusión que se torna en un espejismo en  pensar que en algún momento encontrará a la persona con que realmente puede convivir es decir un ser “ Prêt-à-porter” a la medida.

A mi juicio esta forma de pensar y sentir es indudablemente  inconsistente y le da al proyecto personal un tono frívolo en uno de sus estructuras más importante y relevante como es la pareja esos seres que van a la par. De allí es el por que  la educación es importante hija y  quizás vital,  ya que ella es ante todo educación de los deseos.

Cuando  pensamos en la sexualidad humana sin una educación se convierte esta en un bien de consumo, de usar y tirar, sin casi ningún componente afectivo y de compromiso personal, que convierte esas relaciones en algo anónimo y vacío. La sexualidad consumista no busca al otro, sino el cuerpo del otro como objeto de placer. Igual ocurre en todos los aspectos del consumismo: tener y acumular como meta y no el conocimiento del ser y del conocer.

Hoy en día el reto es educar sobretodo para transmitir valores. Sabes hija  la vida ejemplar sigue siendo una lección abierta, pero algunos sistemas de comunicación y política las silencian y sólo si nos convertimos como unos  buscadores de tesoros los encontramos. Hija, mi gran consejo es que siempre vayas mas allá de la apariencia, del ruido que hacen los  superficiales, que no te hagan perder la brújula para encontrar ingredientes valiosos del ser humano. Estos son bienes y realidades positivas que merecen un aprecio general: realidades estimables. En la filosofía clásica se hablaba de “los universales”: el bien, la variedad, la belleza, la unidad. Son cualidades esenciales que son un medio, sino fines en sí mismos.

Miran al ser humano con amor y que aspiren a un cierto ideal que es una mezcla de categoría, exquisitez, maestría, calidad humana culminación de lo que puede llegar a dar de sí la condición humana. El amor empieza a morir cuando se ahoga el deseo,  ya que el deseo amoroso es preferencia, elección, aspiración deliberada que escoge y selecciona a otra persona.

En lo emocional se mezclan la pasión, el ardor, la inclinación sexual y la presión más o menos inmediata que empuja en ese sentido. El amor acaba cuando dejamos de pensar en pareja y nos hundimos en nuestro propio y mezquino laberinto; de allí que todo ser debe tener claro su vocabulario personal de la afectividad para poder  distinguir todo el mundo de detalle del otro incluyendo sus necesidades

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