Pornoexpo
Por Carlos
Vicente Torrealba
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@cartorrealba
Muchos de los amantes de la lectura
sobre la sexualidad humana se extrañaron al principio del porque los escritores
sobre este tema no participaron en la más reciente exposición de sexo en
caracas luego de asistir a este evento algunos se dieron cuenta del porque
sobretodo pudieron entender la diferencia sobre la sexualidad humana y la
pornografía.
Particularmente yo creo que la
sexualidad humana no es una fabrica personajes famosos sin fondo, todo lo
contrario creo que la sexualidad humana es el elemento primordial del
desarrollo humano, lo que lo hace humano
por excelencia.
Hablar del sexo y de la sexualidad
ampliamente no quiere decir que se convierta está en una bien de consumo, menos de enseñar que ella es
de usar y tirar, sin casi ningún
componente afectivo y de compromiso
personal. La sexualidad no está para que convierta al ser humano en un castrador
de los otros con relaciones mínimas y vacías.
La sexualidad que plantearon los
organizadores de la más reciente exposición sobre “sexo” fue un espectáculo consumista donde se enseña a no buscar
al otro,
más bien al cuerpo de los otros
como objetos de placer, de tener y
acumular como meta para luego desechar.
Particularmente he asumido la sexualidad
humana como el entendimiento, para
conocerla, desearla como elemento
fundamental para trasmitir valores. La sexualidad humana sigue siendo una
lección abierta para enseñarnos a vivir en plenitud y
armonía con uno mismo y los demás, como filósofo hablo que la sexualidad humana
es una “realidad estimable universal”
Es que ella en sí misma es el bien, la
verdad, la belleza y
la unidad entre uno mismo con ese
otro ser que forma la pareja. De allí,
que tenga cualidades esenciales que no son un medio, sino fines en sí mismos.
Mirar al ser humano con amor y aspirar a un cierto ideal que es una mezcla de
categoría, exquisitez, maestría, calidad humana y culminación de lo que puede
llegar a dar de sí la condición humana.
Lamentablemente la crisis de nuestra sociedad
actual fue muy bien reflejada en esa exposición de sexo, ya que esta afirma en cierta medida una cierta dictadura de la mediocridad, donde ha sido una exaltación de lo vulgar,
presentando hasta la saciedad personajes
vacíos y sin ningún tipo de mensaje que
luchan constantemente contra la excelencia
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