miércoles, 20 de junio de 2012


¿Cómo evitar ser un infiel?
Por Carlos Vicente Torrealba
Twitter: @cartorrealba

Lo que hay que  entender es que la sexualidad humana es más que el coito


El problema de la infidelidad no es de orgasmo más bien de lealtad, y esta trae a la larga enorme consecuencia sobre todo con uno mismo. La clave es entender que las conexiones emocionales que establecemos pueden ser en un gran porcentaje una  antesala para una conexión sexual.  Hay dos tipos de infidelidades básicas: la física o real y la emocional.  Si la primera es como un volcán incontrolable de consecuencias,  la segunda es como un tsunami que llega a destruir todo empezando por ti.

La infidelidad emocional ocurre cuando se permite que alguien del sexo opuesto llene necesidades que deberían ser llenadas únicamente por la pareja, creando una intimidad que puede convertirse en un apego y conexión única que termina en la cama: muy rico pero toxico.

La infidelidad emocional puede iniciar de manera inocente de ambos lados, pero tienes que tener mucho cuidado en no pisar terrenos movedizos.

Los seres humanos sabemos cuando una persona nos atrae en un nivel físico, emocional y sexual. Para saber si estás a punto de cruzar la línea, sólo pregúntate si a ti te gustaría que tu pareja sintiera o hiciera lo que tú estás haciendo. Si la respuesta es no, ¡Es momento de parar!


La mediana edad y sus crisis

Una asidua lectora me realiza una pregunta a través del correo: ¿Por que las mujeres de mediana edad sufrimos de distintos tipos de crisis? Todos los seres humanos, pasamos por momentos de crisis de distintas magnitud e intensidad. Tanto las mujeres como los hombres sufren de la crisis de mediana edad,  generalmente en las mujeres ocurre como respuesta que han sufrido situaciones vitales desencadenantes, pero sobre un terreno psicológico predisponente.

La crisis de medina edad no es un destino para todas las mujeres, pero todas están expuestas a los síntomas y signos como la  depresión, trastornos de identidad, consumo de sustancias, conductas extravagantes, hipocondría, problemas laborales, conyugales y sexuales. Los problemas sexuales más corrientes, que presentan las mujeres de mediana edad es la disfunción del deseo  y en segundo lugar por falta de orgasmo, mucho menos por vaginismo, dispareunia, fobias  o trastornos de la identidad sexual.

La prevención de la crisis de la mediana edad es difícil, pero supone haber superado la posición maníaca y negadora de la realidad que puede ser operativa en edades menores pero ya no funcionan con el paso de los años. También supone tener resuelto el problema del temor al envejecimiento y a la muerte y haber encontrado una filosofía existencial que permita el balance de las aspiraciones y las posibilidades de ser como persona y como pareja.



Nota: Para mayor información Unidad del Estrés la Ansiedad y las Emociones del Centro Cardiológico Integral Cel. 04249294891. 

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