martes, 12 de junio de 2012

El Nuevo Mal


El Nuevo Mal
por Carlos Vicente Torrealba
twitter; @cartorrealba


Siempre he creído que estamos programados para ser únicos  y somos únicos gracias a nuestro poder de la intuición y del inconsciente, sobretodo luego que la Neurociencia y la Neurofilosofía han planteado el nuevo  concepto de inconsciente, que al parecer tiene mucho más que ver con elafecto y el control de las cosas que el antiguo concepto de este.

El ser humano coexiste porque puede pensar en un mañana que no existe  y de tomar decisiones basado en su inconsciente  donde este actúa gracias a la importancia de los afectos y de los sentimientos, ya que los sentimientos  son muyimportantes a la hora de tomar una decisión o elegir.

Pero observando a una joven mujer en una de esas largas colas que tenemos que hacer los venezolanos para ir al banco o comprar un cartón de huevos o ir a orinar en un centro comercial, me di cuenta que la enfermedad que estamos padeciendo cada día crece mas y casi convertirse en un verdadero problema de salud pública.

Esta enfermedad no es de trasmisión sexual aunque causa difusión eréctil en los hombres y resequedad vaginal en la mujer. Los que la padecen viven en un estado altísimo de conato, a tal punto que sus niveles de ansiedad pueden llegar a cifras alarmantes. Aunque no es tan severa como el polio, llega a  generar parálisis o atrofias como en los pulgares, problemas severos en la muñeca hasta llegar al “codo cerviz”conocido médicamente como síndrome del túnel cubital.

En nuestra nación se cree que hay unas 7 millones de persona que sufren de  nomofobia,  o la fobia o miedo a estar sin el celular  al tal punto que el  50% de los usuarios de celular  nunca lo apagan. La nomofóbia, es un neologismo derivado de no mobile (no-mo), que significa "sin celular".

 Los venezolanos nos hemos vuelto tan  dependientes del celular, que se podría incluir en una nueva categoría de enfermedad. La joven mujer tenía más de una hora sin dejar de ver la pantalla de su celular cuando le tocó el turno en la taquilla. La pobre no sabía qué hacer,  casi el cajero tuvo que pedirle su pin para mandarle un mensaje para que entendiera las instrucciones. Ésta al cabo de un rato,  empezó a reaccionar como si despertara de un letargo.

Si somos únicos,  porque sucumbimos al punto de perder la razón.  Será un problema afectivo, un trastorno masivo de los sentimientos o una forma fácil de escapar de la realidad.

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