El cerebro el padre y madre de la sexualidad
por Carlos Vicente Torrealba
Donde está la vida amigo, es que viendo como los humanos nos amargamos, como hacemos lo imposible para ser infelices, es impresionante amigos como podemos mentir y a la vez con qué facilidad nos podemos engañar a nosotros mismo, como podemos en un momento determinado tomar ventaja de los seres más débiles sin importar que estos sean nuestros propios hijos, para utilizarlos como mascaron de proa contra esa persona que alguna vez mas amamos.
Los humanos somos extraordinarios para buscar el dolor aunque lo llevemos oculto o escondido por dentro y lo afloramos, lo enseñamos, lo idealizamos y tratamos que los seres que nos rodean participen en ello. ¡Si! en nuestras crisis que generalmente las creamos nosotros mismos por esos les pregunto amigos ¿Dónde está la vida? Y yo creo que todo está en el cerebro, si en esa estructura maravillosa que nadie conoce ni siquiera los que viven de ella.
Saben amigos conocemos más del espacio de Marte, de Mercurio, del Sol y algunas galaxias que de nuestro cerebro que llevamos adentro de nosotros y es que apenas tenemos una impresión de cómo funciona, cuales son las regiones que suponemos que gobiernan ciertas áreas de nuestro ser pero aún nos falta mucho, aunque si podemos señalar que es el órgano más grande del placer humano y sobretodo de nuestra sexualidad.
Los humanos tenemos algo que las otras especies de animales no poseen y es nuestra herencia cultural que va más allá de nuestra personalidad y de nuestras características individuales. De ahí que la mayoría de la gente pueden considerar si algunos seres sonatractivos, sean estos femeninos o masculinos, pero también podemos tener aversión ante ciertos olores y es que a ciertos olores repulsivos no pertenece a las moléculas como a la de alimentos en descomposición, o a ciertos olores corporales como la presencia de ciertas bacterias o hongos que nos advierte de peligro de contagio produciendo una reacción emocional que se genera en nuestro cerebro.
Saben amigos la mayoría de los estudios sobre este tema señalan que hay un instinto heredado de nuestros antepasados que consiste en la capacidad de reconocer a personas compatibles con nosotros por su olor. Los estudios en este sentido han probado que las mujeres prefieren elegir a hombres con la mayor distancia genética posible a ellas mismas. Cuanto más diferentes son sus genes, más intenso será su deseo. Curiosamente, el niño que nazca será más resistente a las infecciones.
A lo largo de mi vida he podido observar que lo hombres y mujeres del llano venezolano que crían animales ya sea en los hatos, haciendas o pequeños fundos saben ellos desde tiempo inmemorial que al cruzan diferentes castas se obtienen mejoras en la raza y lo mejor de esto es que es de forma inconsciente. Particularmente estoy convencido que una persona nos gusta, o que la queremos no es exclusivamente por su olor. Pero sí que podemos reconocer “buenas sensaciones” y hasta excitarnos su fragancia de su pelo, su sudor y hasta su aliento.
Algo que siempre he discutido y ha sido mi tesis desde hace unos veinte años y que está plasmada en un ensayo que lleva como título“la belleza de lo bello” que la belleza es un estímulo que muy desde los inicios de la humanidad con características universales y de una fuerte intensidad tanto como el dolor o el hambre, saben amigos en las sociedades antiguas sobre todo las de cazadores la única fuente del azúcar eran las frutas dulces maduras. El hombre de esa época se hizo “adicto” a comer frutas dulce, ya que le proporcionaban una buena fuente de calorías. Actualmente, la azúcar se ha convertido en un veneno, si un veneno blanco ya que nuestra sociedad es sedentaria.
Igual como la azúcar le ha pasado a la belleza y es que los estándares de la belleza son iguales en todas partes: caderas y pechos redondos, cintura fina, labios gruesos, ojos grandes, rasgos faciales delicados. Lo más interesante es que todos estos rasgos son consecuencia de la hormona femenina de la fertilidad. Sin embargo, hoy la fertilidad se manipula con los métodos contraceptivos. En la sociedad primitiva, los hombres tuvieron que detectar la fertilidad de las mujeres por su aspecto. Hoy no tienen la misma importancia, pues no señalan fertilidad y capacidad reproductiva.
Hay un grupo de estudios científicos europeos han probado a realizar caras hechas por computadoras, en concreto se han realizado dos modelos: “supermujeres” (cara con rasgos femeninos exagerados) y los “superhombres” (con las cejas exageradas, pilosidad facial, y la barbilla grande). Los hombres elegían claramente la cara de la “supermujeres”. Pero las mujeres tenían una reacción muy específica. Durante la ovulación (el pico de la fertilidad femenina durante el ciclo menstrual) tienden a elegir las caras de los “superhombres”, traicionando sus altos niveles de testosterona, mientras que en el resto del ciclo menstrual prefieren a hombres con rasgos más afeminados, que en su subconsciente se corresponde con una pareja cuidadosa, afectiva y un mejor padre para sus hijos.
Lo cierto amigos es que el mayor órgano de la sensualidad humana es el cerebro, no el pene y el clítoris.
Nota: Para mayor información Unidad del Estrés la Ansiedad y las Emociones del Centro Cardiológico Integral Cel. 04249294891.
No hay comentarios:
Publicar un comentario