Las Notas desde el Chinchorro Sutra
Por Carlos Vicente Torrealba
El Deseo de la Mujer
Un viejo amigo me llegó al consultorio algo angustiado, luego de unos
minutos el hombre se calmó y surgió de lo más profundo de él la pregunta que
tanto lo angustiaba: ¿Por qué mi mujer perdió el deseo de hacer el
amor?
Lo interesante es saber lo que es el deseo ya que este se puede
entender como una ansiedad de carácter erótico. Un estado anímico
que permite la excitación y acumulación de sensaciones agradables, pero para mi
punto de vista la palabra deseo, es más que eso. Esta nos lleva por
parajes afectivos en los que los caminos se funden y luego se abren y se hacen
más explícitos. Desear es pretender algo con ímpetu y
fogosidad, con un enorme interés que nos lleva a su conocimiento,
deleite o pertenencia. Hay un anhelo, una
aspiración, una pretensión que es vivida con fuerza, como un viento
impetuoso que nos envuelve nos hace sentir nuestro cuerpo y
alma, y hasta nos puede enloquecer.
Ya sea por una cuestión social o cultural, aún existe una gran
desinformación sobre cómo actúa, se desarrolla e influye el deseo sexual en las
mujeres. Este no se termina, al contrario una mujer sana mantiene
invariable con el paso de los años, e incluso aumenta, lo único que pierden más
rápido es el interés en sus ¡parejas!, algo que solemos los hombre confundir
con la falta de libido. Todos los estudios de la biología evolutiva hasta la
fecha lo señalan así.
Los interesantes estudios realizados en España por el Dr. Víctor
Sambrano R. y su equipo interdisciplinario señalan que no importa el
género, la visión del sexo es suficiente. Ellos han demostrado que,
independiente de su orientación sexual, las mujeres suelen excitarse al
observar imagines del coito; no importando que sea hombre con hombre, mujer y
hombre o mujer con mujer.
Existe algo que suele confundirse y es enamoramiento y deseo, entre
las mujeres. En ambos casos los síntomas son muy parecidos: aumenta la
temperatura -aunque sea subjetivamente, se incrementa el ritmo cardíaco y
existe la sensación de algo en la boca del estomago como si fueran unos
calambres.
La libido en la mujer es mucho más exigente que el de nosotros los
hombres, quienes pueden mantener el deseo sexual hacia sus parejas durante
mucho más tiempo. De esta manera se pone en duda la supuesta naturaleza
monogámica que rodea a la mujer. Ya que, el deseo sexual, independientemente de
la edad que se tenga, es similar para ambos sexos.
La mujer vive en una espiral mientras ella sea feliz mayor será su deseo
y es que se ha comprobado que las mujeres en sus días más fértiles tienen más
fantasías y por consiguiente su deseo sexual se incrementa. El placer
sexual, tanto del hombre como de las mujeres, es parte de la vida no sólo
biológica sino también emocional.
Y el mejor consejo que le pude dar a mi amigo fue
que los valores del ser humano en pareja son bienes
y realidades positivas que merecen un aprecio general: realidades
estimables. En la filosofía clásica se hablaba de “los
universales”: el bien, la verdad, la belleza, la unidad. Son
cualidades esenciales que no son un medio, sino fines en sí mismos.
Mirar a nuestra pareja con amor y aspirar a un cierto ideal que es
una mezcla de categorías: exquisitez, maestría, calidad humana y
culminación de lo que puede llegar a dar de sí nuestra condición humana
es fascinante y uno puede descubrir cualidades en el otro que estaban
ocultas para nuestra mirada.
Amigos hoy asistimos a una cierta dictadura de la mediocridad:
exaltación de lo vulgar, presentación hasta la saciedad de personajes vacíos y
sin ningún tipo de mensaje, que luchan contra cualquier tipo de
excelencia y en consecuencia los deseos y las formas de querer
que inspiran son de una gran pobreza.
El gran comunicador y educador en nuestros países en crisis es la
televisión y todo lo que toca esta se convierte en banal. El que no
sabe lo que quiere no puede ser feliz. Si utilizamos la
voluntad, y escuchamos a nuestra pareja lo iremos consiguiendo, ya
que la voluntad es el verdadero poderío porque sencillamente su sombra es
larguísima y sus frutos son muy ricos.
Nota: Para mayor información Unidad del Estrés la Ansiedad y las
Emociones,con el Dr. Carlos Vicente Torrealba en el Centro Cardiológico
Integral, Ciudad Bolívar Cel 04249294891--
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