Lo
espiritual vs lo físico
Por Carlos Vicente Torrealba
Twitter: @cartorrealba
Particularmente
amigos, yo no concibo la sexualidad sin el componente afectivo. Sé que las
parejas creativas, regeneradoras, esas que se construyen constantemente y
renacen todos los días, son las que saben que la sexualidad y la espiritualidad
son inseparables para el beneficio de la relación y de los dos seres que forman
esa palabra “pareja”.
Hay personas
que su vida parte de lo físico y termina en lo mismo, volviéndose su existencia
exclusivamente en lo externo a tal punto que desconocen los valores, claro
primero los de ellos mismos y después los de su compañero o compañera,
perdiendo toda la visión y la idea de lo que es una relación y desde luego de
la sexualidad. Estos son conocidos como los narcisistas. Ellos son la
punta del iceberg de los amores tóxicos y nada es más dañino para
disfrutar de buena sexualidad que estos, ya que se trata de una preocupación
neurótica por ellos mismos, son el epicentro del universo y de su propia
soledad.
Si usted
vive con un narcisista sólo tiene un camino, ama de una forma calmada y sin
exagerar pues no sabe cuándo partirá ese amor. Mientras que las personas
que son altamente sexuales y sensuales, se pueden hundir espiritualmente
cuando estas aman solas o aman demasiado, ya que su mayor peligro al ver la
vida solo espiritual es que se tiende a perder el sentido de la realidad. Ya
sea que se vuelven unos celopatas extremos por esa necesidad de que le
reafirmen el amor con la misma intensidad con que aman.
Por
experiencia les digo que la espiritualidad sin sensualidad y sexualidad tiende
a ser agresiva, incluso perniciosa y punitiva. De mis años de lectura sobre
este tema inclusive por los años vividos observando el comportamiento de la
gente, me he dado cuenta que existe una relación muy cercana entre la
represión sexual y la agresión extrema. De ahí pienso que parte la mayoría de
los casos de la violencia intrafamiliar.
Para tener
una vida creadora y que sea renegadora en busca de la felicidad posible, tiene
que haber un espacio para la espiritualidad donde la sexualidad sea un
componente importante para alcanzar no solo el placer más bien la propia
felicidad.
Sé que
mientras más sensual y sexual te conviertas, junto con tu pareja iras entrando
en el terreno de lo espiritual esto no quiere decir que se tengan que
convertirse en unos Monjes Tibetanos, menos unos Carmelitas Descalzos. No, tan
sólo tener unas metas espirituales como sentir sin que la otra parte esté, amar
con tranquilidad y sosiego, respetar al otro, no fingir. En fin, como me decía
uno de mis lectores: ¿Cómo se logra la espiritualidad en pareja?
Hay un
camino pero que tiene varios componentes como son la meditación, la oración y
rituales. Pero muchos creen que la meditación es ponerse en posición de
Loto y estar en estado ausente, casi catatónico y no es así. La meditación es estar
con uno mismo, hasta debajo de la regadera se puede meditar. Tenemos por la
idea de la oración, estar arrodillados en un reclinatorio repitiendo una y otra
vez una letanía o pegando gritos como histéricos como en un corral de gallinas
aupados por alguien que dice ser lo que no es, ni jamás serán, ya que el
fanatismo es el principio del fin y generalmente el negocio de unos cuantos
vivos que no pueden competir en la sociedad productiva.
No, la
oración amigos es la voz de tu "yo" interior que envuelve todo tu ser
y este “Está” contigo. Es la palabra en silencio que se torna acción en tu
interior, y los rituales no son caerse a tabaco y ramazos. Nada que
produzca dolor tanto al cuerpo como al alma es un ritual sano. Los
rituales son lo que tú hagas con atención y devoción desde ir a la iglesia los
domingos hasta untar con aceite el cuerpo de tu amada, estos poseen un código y
lo fascínate un propio lenguaje.
Cuando está
en equilibrio lo sensual, lo sexual y lo espiritual, descubrirás de nuevo tu
cuerpo y el de tu pareja. Lo hermoso de la espiritualidad, es que aflora
tu mundo interior y todas tus experiencias se revelan ante ti y ante el ser
amado y ese ser amado ya no es otro, más bien es parte fundamental de ti.
Estas son
las cuatro máximas para alcanzar una plena sexualidad en armonía con tu pareja:
LA VISIÓN:
Para tener una visión amplia de la vida tienes que estar bien contigo mismo,
de ahí es que podrás entender el significado del otro. La
sexualidad cuando estás en armonía empieza y termina con la palabra en un
dialogo armónico. Sé que el contraste es lo que refirma la existencia,
así como una plática mundana y egocéntrica. Puede ser vital y erótica pero se
tiene que estar consciente del juego que experimentamos.
LA ÉTICA EN
LA SEXUALIDAD: Puede sonar ridículo pero existe. No debes, ni puedes ser un
egoísta, troglodita; ya que jamás serás feliz si tu pareja no es feliz,
de ahí que lo primero no seas egoísta narcisista.
EL
COMPAÑERISMO: Una cosa es hacer el amor con un cuerpo que te llame la atención
y otra es tener intimidad con una persona real, donde sus emociones también son
besadas y acariciadas de igual forma que su inteligencia, cultura, ideas,
valores y talentos. Particularmente no me gusta la sexualidad con una masa, por
muy hermosa que ésta sea, me gusta la sexualidad con el cuerpo y con el
alma, es decir con todo.
LA
GENEROSIDAD: La sexualidad es generosa ya que ella da esa capacidad de ofrecer
una abundancia de sentimiento, inteligencia e igualdad a tu pareja. Es decir,
una entrega considerada y moderada de ti mismo. Lo hermoso de la sexualidad es
que gracias a ella existimos y de ellas y por ellas vivimos.
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