miércoles, 20 de mayo de 2015



Lo espiritual vs lo físico
Por Carlos Vicente Torrealba 
Twitter: @cartorrealba


Particularmente amigos, yo no concibo la sexualidad sin el componente afectivo. Sé que las parejas creativas, regeneradoras, esas  que se construyen constantemente y renacen todos los días, son las que saben que la sexualidad y la espiritualidad son inseparables para el beneficio de la relación y de los dos seres que forman esa palabra “pareja”.

Hay personas que su vida parte de lo físico y termina en lo mismo, volviéndose su existencia exclusivamente en lo externo a tal punto que desconocen los valores, claro primero los de ellos mismos y después los de su compañero o compañera, perdiendo toda la visión y la idea de lo que es una relación y desde luego de la sexualidad. Estos son conocidos como  los narcisistas. Ellos son la punta del iceberg de los amores tóxicos  y nada es más dañino para disfrutar de buena sexualidad que estos, ya que se trata de una preocupación neurótica por ellos  mismos, son el epicentro del universo y de su propia soledad.

Si usted vive con un narcisista sólo tiene un camino, ama de una forma calmada y sin exagerar pues no sabe cuándo partirá ese amor.  Mientras que las personas que son  altamente sexuales y sensuales, se pueden hundir espiritualmente cuando estas aman solas o aman demasiado, ya que su mayor peligro al ver la vida solo espiritual es que se tiende a perder el sentido de la realidad. Ya sea que se vuelven unos celopatas extremos por esa necesidad de que le reafirmen el amor con la misma intensidad con que aman.  

Por experiencia les digo que la espiritualidad sin sensualidad y sexualidad tiende a ser agresiva, incluso perniciosa y punitiva. De mis años de lectura sobre este tema inclusive por los años vividos observando el comportamiento de la gente, me he dado cuenta que existe una relación muy cercana  entre la represión sexual y la agresión extrema. De ahí pienso que parte la mayoría de los casos de la violencia intrafamiliar.

Para tener una vida creadora y que sea renegadora en busca de la felicidad posible, tiene que haber un espacio para la espiritualidad donde  la sexualidad sea un componente importante para alcanzar no solo el placer más bien la propia felicidad.

Sé que mientras más sensual y sexual te conviertas, junto con tu pareja iras entrando en el terreno de lo espiritual esto no quiere decir que se tengan que convertirse en unos Monjes Tibetanos, menos unos Carmelitas Descalzos. No, tan sólo tener unas metas espirituales como sentir sin que la otra parte esté, amar con tranquilidad y sosiego, respetar al otro, no fingir. En fin, como me decía uno de mis lectores: ¿Cómo se logra la espiritualidad en pareja?

Hay un camino pero que tiene varios componentes como son la meditación, la oración y rituales. Pero  muchos creen que la meditación es ponerse en posición de Loto y estar en estado ausente, casi catatónico y no es así. La meditación es estar con uno mismo, hasta debajo de la regadera se puede meditar. Tenemos por la idea de la oración, estar arrodillados en un reclinatorio repitiendo una y otra vez una letanía o pegando gritos como histéricos como en un corral de gallinas aupados por alguien que dice ser lo que no es,  ni jamás serán, ya que el fanatismo es el principio del fin y generalmente el negocio de unos cuantos vivos que no pueden competir en la sociedad productiva.

No,  la oración amigos es la voz de tu "yo" interior que envuelve todo tu ser y este “Está” contigo. Es la palabra en silencio que se torna acción en tu interior, y los rituales no son caerse a tabaco y ramazos.  Nada que produzca dolor tanto al cuerpo como al alma es un ritual sano.  Los rituales son lo que tú hagas con atención y devoción desde ir a la iglesia los domingos hasta untar con aceite el cuerpo de tu amada, estos poseen un código y lo fascínate un propio lenguaje.      

Cuando está en equilibrio lo sensual, lo sexual y lo espiritual, descubrirás de nuevo tu cuerpo y el de tu pareja. Lo hermoso  de la espiritualidad, es que aflora tu mundo interior y todas tus experiencias se revelan ante ti y ante el ser amado y ese ser amado ya no es otro,  más bien es parte fundamental de ti.

Estas son las cuatro máximas para alcanzar una plena sexualidad en armonía con tu pareja:

LA VISIÓN: Para tener una visión amplia de la vida tienes que estar bien contigo mismo,  de ahí es que podrás  entender el significado del otro. La sexualidad cuando estás en armonía  empieza y termina con la palabra en un dialogo armónico. Sé que  el contraste es lo que refirma la existencia, así como una plática mundana y egocéntrica. Puede ser vital y erótica pero se tiene que estar consciente del juego que experimentamos.

LA ÉTICA EN LA SEXUALIDAD: Puede sonar ridículo pero existe. No debes, ni puedes ser un egoísta, troglodita;  ya que jamás serás feliz si tu pareja no es feliz, de ahí que lo primero no seas egoísta narcisista.

EL COMPAÑERISMO: Una cosa es hacer el amor con un cuerpo que te llame la atención y otra es tener intimidad con una persona real, donde sus emociones también son besadas y acariciadas de igual forma que su inteligencia, cultura, ideas, valores y talentos. Particularmente no me gusta la sexualidad con una masa, por muy hermosa que ésta sea, me gusta la sexualidad con el cuerpo y con el alma,  es decir con todo.

LA GENEROSIDAD: La sexualidad es generosa ya que ella da esa capacidad de ofrecer una abundancia de sentimiento, inteligencia e igualdad a tu pareja. Es decir, una entrega considerada y moderada de ti mismo. Lo hermoso de la sexualidad es que gracias a ella existimos y de ellas y por ellas vivimos.

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