Las Notas desde el
Chinchorro Sutra
Por Carlos
Vicente Torrealba
Nunca puede
existir una disociación entre el sexo y el afecto por qué no sería un ejercicio
real de la sexualidad humana
¿Qué es lo que nos
diferencia?
Estando en un café de nuestra
ciudad capital, se me acercó una simpática y joven señora asidua lectora de
nuestro diario y me preguntó luego de una corta pero amena conversación: ¿Qué
es lo que nos diferencia (a las mujeres) de los hombres y nos ayuda a alcanzar
el placer más que a ellos?
Amigas mías por más que yo
lea, estudie y comparta sobre la sexualidad humana y en especial la de ustedes
las mujeres, mi experiencia
siempre será A’priori porque sencillamente soy hombre y no
mujer. Solo la mujer posee una experiencia y conocimiento A `posteriori de su cuerpo y de su erotismo, tan
solo los hombres seremos siempre unos
simples invitados de la mujer, en algún momento como espectadores y en otros coparticipe del placer pero
siempre como invitados ya que el hombre jamás posee a la mujer, en cambio la
mujer si posee al hombre.
Gracias a los años vividos,
una extraordinaria abuela, espectacular madre, novias profundamente amadas, un
divorcio con tres fantásticas hijas con un constante amar a la mujer, a
su cuerpo y alma, a su esencia, a su existir a lo que es, a lo que
no es, pero quizás será, conozco algo de ellas aunque siempre quedará mucho por
conocer. Pienso que hay varias verdades esenciales sobre la sexualidad femenina
que toda mujer debe saber y jamás olvidar sobre todo para poder entender “la
diferencia entre ellas y los hombres y que las ayuda a alcanzar el placer y el
por qué de la carga tan erótica que la mujer posee y su dominio particular de
la autentica verdad.
Lo primero que tanto ellas
como nosotros debemos entender es que la mujer
está naturalmente capacitada para ser multiorgásmica es como un Boeing
747-400 o un Airbus A300, mientas
nosotros somos una simple avionetíca de alas doble impulsada no por
gasolina más bien por un pene que creemos que es el epicentro del
universo.
Desde un punto de vista
netamente erótico, más allá de una dialéctica machista sino funcional se puede
decir que la mujer es
evidentemente superior al hombre para interrelacionarse, sentir, amar y desde
luego ser multiorgásmica, un hombre debe entrenarse diariamente durante un
período grande de tiempo. La mujer tiene siempre a su disposición ya que posee
una cualidad
natural.
Para que un hombre llegue a
ser multiorgásmico debe de transitar un largo camino de aprendizaje siempre
acompañado y ayudado por una mujer, es decir el hombre no posee esa autonomía
de vuelo.
Todos los últimos estudios
señalan que para la mujer es mucho más fácil alcanzar este nivel si el orgasmo
se vive en cada oportunidad sin descarga “sin la eyaculación femenina”. De esta
manera es más profundo, más intenso y más largo. Este es el famoso y deseado
orgasmo tántrico, que en el hombre se da después de un largo aprendizaje.
Casi todas las mujeres,
especialmente las que conservan un buen nivel de vitalidad y sensualidad, está
capacitada naturalmente para vivir el orgasmo sin descarga, el orgasmo
prolongado y en serie. Con otras palabras, para alcanzar el nivel de mujer multiorgásmica
abandonando desde luego ese mar de tabú y teniendo también un buen acompañante.
Lo que por muchos años algunos
científicos negaban, los sociólogos discutían y los filósofos se empeñaban en
afirmarlo es que siempre para los pensadores libres existía una relación
directa entre la energía sexual, el orgasmo y nuestro desarrollo a nivel
afectivo y mental. Quienes tienen conciencia de la conexión que existe entre
nuestra esfera sexual y las demás, viven una vida llena de armonía, éxito
y plenitud. La verdadera sexualidad humana se da primero en la mente, en
el alma y en el cuerpo.
Toda las mujeres en toda la
historia de la humanidad desde Safo hasta cualquier ama de casa de nuestros
días, saben sin excepción que no hay disociación entre el sexo y el
afecto, lo que aún a muchos hombres les cuestan entender y quizás aceptar, esa
es la principal diferencia.
Contestando preguntas
breves
Julia me pregunta; ¿Algunas personas sufren la falta
o disminución del deseo erótico, a través de la meditación es posible
modificar esta situación?
Desde luego amiga, que es muy
factible aunque no es algo mágico.
Es un proceso psicofísico, donde el terapéutica o guía debe conocer parte de la
historia de la persona para aplicar las técnicas más efectivas. Con una
secuencia de ejercicios y constancia es posible reactivar el deseo, también es
fundamental la situación sentimental o la apertura de esta persona a la posibilidad
de habilitar el encuentro con otros.
Nota: Para mayor información Unidad del Estrés la Ansiedad y las
Emociones, Centro Cardiológico Integral, Ciudad Bolívar Cel 04249294891