Por Carlos Vicente Torrealba
Twitter: @cartorrealba
Coitocentrismo
Quizás una de las grandes preocupaciones de las jóvenes parejas sea el coito, a tal punto que tratan de centrar todas sus energías en ello. Paradójicamente la sexualidad humana es más que el coito, de allí qué hay que saber el papel que juegan otras prácticas a la hora de sentir placer y aprender que no es necesario el coito para poder disfrutar del ejercicio de la sexualidad.
En los últimas décadas y quizás porque
somos una sociedad con una crisis profunda y prolongada que ha desvirtuado los
valores, las jóvenes parejas y los jóvenes en general han venido
padeciendo de coitocentrismo,
que podría definirse como la tendencia a necesitar la práctica del coito durante las relaciones sexuales para
que puedan percibirse como relaciones plenas y satisfactorias.
Esta tendencia supone una serie de concepciones sobre la
sexualidad no del todo correctas ya
que desvirtúa la esencia humana como lo es: Considerar el coito o
penetración como lo más importante de las relaciones sexuales. No considerar
como relaciones sexuales, las prácticas donde no se haya producido coito.
Subestimar el resto de prácticas sexuales, tales como el sexo oral
o manual, no considerándose prácticas completas o satisfactorias en sí
mismas y quizás la mayor equivocación es creer que el fin de la sexualidad es
conseguir llegar al orgasmo a través del coito.
La genitalidad también es otro concepto muy
relacionado con el de coitocentrismo. Esta hace referencia al uso imprescindible de los genitales en las relaciones
sexuales, entendiendo
éstas como incompletas si no han intervenido estos órganos. Desde luego que para que haya coito, tiene que haber
genitales.
Una de las características del coitocentrismo es que se tiene muy interiorizada esta forma de entender la sexualidad. Puede que lleguen a vivirla con gran ansiedad y angustia.Puesto que la base de las relaciones sexuales es el uso de los genitales, éstos van a tener una importancia exagerada.
En el caso del hombre, el pene se convierte en su órgano más importante, algo así como el centro y epicentro del universo. Este debe de ser de gran tamaño, alcanzar una dureza considerable que pueda partir unos bloques de cemento y aguantar el máximo tiempo posible durante la penetración, para que pueda dar placer a su pareja.
En el caso de la mujer, debe tener una vagina perfectamente lubricada y disfrutar enormemente de la penetración de su pareja. Otra de las implicaciones del coitocentrismo es que cuando el hombre eyacula, termina la relación sexual, puesto que no existen otras prácticas para hacer disfrutar a la pareja.
Lo más interesante y curioso de todo esto es que un número de las personas que tienen esta concepción de la sexualidad desarrollen disfunciones sexuales, ya que el placer de la mujer está supeditado al del hombre. Se entiende que ésta solo puede y debe disfrutar con la penetración vaginal. Desde el punto de vista biológico, la mujer disfruta su mayor placer sexual a través de la estimulación del clítoris, necesitando la mayoría de las mujeres una estimulación directa o indirecta de este órgano, y esto no siempre se produce durante la penetración.
Generalmente en el coitocentrismo se desconoce que los hombres y las mujeres tienen ritmos distintos de excitación sexual. Las mujeres, generalmente, necesitan más tiempo para alcanzar un grado alto de excitación sexual. Para ello, son muy importantes los juegos previos, los besos, las caricias, los abrazos, que impliquen o no los órganos genitales.
El hombre siempre tiene que estar dispuesto para tener
relaciones sexuales. No puede permitirse el lujo de tener pocas ganas, ya que
su pene tiene que responderle de forma adecuada. Además, suponiendo que no haya
problemas de deseo ni en la forma de excitarse, el hombre debe aguantar hasta que
su pareja esté satisfecha.
Si bien la biología y fisiología sexual dicen
que la mujer necesitará una estimulación clitoriana extra para alcanzar el
orgasmo, la práctica coital no es la más adecuada para
ello. Por lo tanto, las consecuencias de este modelo de
sexualidad es que las mujeres no estarán satisfechas sexualmente, y los
hombres eyacularán antes de lo deseado.
La práctica sexual coital está sobrevalorada. Si bien es una práctica satisfactoria, debería entenderse ésta como algo más de las relaciones sexuales. Cada cual debe buscar su placer de la forma que más le guste. El sexo oral o manual son prácticas sexuales que pueden dar lugar a grandiosos orgasmos, y son prácticas sexuales en sí mismas.
Lo mismo ocurre con los besos, las caricias, lo roces, los masajes y todo lo que cada pareja desee usar en sus relaciones sexuales. Disfrutar más de estos momentos sin importar lo que vendrá después favorecerá y fortalecerá la relación de pareja, y a la vez, se enriquecerán de forma extraordinaria las relaciones sexuales.
Nota: Para
mayor información Unidad del Estrés
la Ansiedad y las Emociones. Con
el Dr. Carlos Vicente Torrealba en el Centro Cardiológico Integral Cel.
04249294891.
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