viernes, 7 de junio de 2013

Sexo en el trabajo una mala mezcla



Las Notas desde el Chinchorro Sutra
Por Carlos Vicente Torrealba




Sexo en el trabajo una mala mezcla

Desde niño siempre mi abuela Nina me decía que no era bueno en ciertas ocasiones mesclar y cada día sus consejos poseen una gran validez, ya que hay mezclas que por muy sabrosas que parezcan suelen ser sumamente toxicas y de consecuencias no deseadas, a tal punto que nos pueden marcar e intoxicar para el resto de nuestras vidas.

El sexo entre estudiantes universitarios de un mismo semestre puede ser un inicio de experiencias,  a veces muy buenas otras veces sumamente pésimas. Entre profesores y alumnos sumamente peligrosa y toxica ya que se suelen arrastrar cadenas;  pero entre compañeros de trabajo, aunque diversos estudios señalan que está más que generalizado puede ser una verdadera bomba atómica.

Un reciente estudio español de la secretaría del trabajo señala con alarma que la mitad de los trabajadores han mantenido relaciones sexuales con sus compañeros, al menos puntualmente en estos últimos años de crisis económica prolongada que vive Europa.

Estos estudios señalan que sólo uno de cada diez se arrepiente de su desliz sexual o que el 80 % ha fantaseado con alguno de sus compañeros o jefes. Con pareja, casados o solteros, el roce hace el cariño, y cuando se convive durante ocho horas diariamente, es frecuente que este roce se acabe convirtiendo en sexo.  De ahí, que las infidelidades más comunes se cometan con compañeros de trabajo, principalmente, en aquellos trabajos donde hay más posibilidades de convivir y establecer relaciones.

Con mucha preocupación se ha notado que en estos estudios la moralidad ha dejado de ser una barrera para mantener relaciones en el trabajo. Lo curioso es que este hecho ha perjudicado laboralmente a más de la mitad de las parejas,  ya que los despidos en plena crisis fueron precisamente a aquellos que se le demostró que mantenían relaciones con sus compañeros y la otra mitad esta como en espera.


 El egoísmo

Una lectora me pregunta: ¿Tengo 2 años de noviazgo con un compañero de clases, por qué a mi novio le gusta estar sólo después que tenemos sexo?

Quizás amiga mía,  detrás de todo esto se esconde un gran miedo al compromiso y a tomar responsabilidades que le llevarán a posicionarlos en otros roles dentro de la sociedad, lo cual implicaría resignar ciertas comodidades y deseos personales,  de otra forma podríamos decir que él no quiere comprometerse mucho en la relación.

Saben amigos  la pregunta de esta joven lectora da pie para estudiar una serie de comportamientos en las relaciones actuales de pareja,  como aquellas que aunque estén juntos viven separadamente y es que en una relación siempre el “otro” nos refleja a nosotros mismos, y quizás se esconda un miedo a ese encuentro.

También nos podemos hacer otra pregunta: ¿No será que cada vez los seres humanos somos más egoístas? ¿Nos estaremos convirtiendo en sociedades extremadamente individualistas donde el compartir y el abrirse al otro es visto como una amenaza? ¿De qué hay que defenderse? ¿Acaso,  vivir en pareja o en familia es una amenaza a nuestra propia integridad emocional?

Al fin y al cabo, son elecciones. Lo interesante sería que pudiéramos saber qué tipo de decisiones estamos tomando y que reflexionemos acerca de ellas. Podríamos hablar en la actualidad de dos tipos de soledad:
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Hay una soledad que yo llamo los zombis, esta es una soledad por aislamiento emocional. Deriva de la ausencia de una relación cercana e íntima con una figura de apego. La persona siente que no tiene con quien contar, nadie lo conoce realmente y está alejada de todos.

La segunda soledad de la sabana: esta es por aislamiento social. Proviene de la ausencia de comunidad y la carencia de vínculos sociales significativos en la red social. La persona experimenta algunas emociones características: enojo, aburrimiento, irritabilidad, vulnerabilidad. La soledad surge a partir de una sed de contactos sociales no satisfecha.

Lo importante para destacar es que si en algún momento nos sentimos solos es factible identificar qué nos lleva a sentirnos así. ¿La ausencia de personas significativas en nuestra vida? ¿O que estamos aislados socialmente y en base a ello poder encontrar los caminos para salir de la soledad? Hay personas a las que les cuesta mostrar su soledad y la esconden, a veces, por el temor al rechazo social pero eso las conduce a un mayor aislamiento. Otras personas escapan al sentimiento de soledad y lo suplantan por el deseo de arreglarse solo, que los lleva a  encerrarse en una fantasía autoprotectora y omnipotente de no necesitar de otro.


Nota: Para mayor información Unidad del Estrés la Ansiedad y las Emociones,Dr. Carlos Vicente Torrealba Centro Cardiológico Integral, Ciudad Bolívar Cel 04249294891

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