viernes, 5 de julio de 2013

Deseo, ¿Por qué te deseo?







Las Notas desde el Chinchorro Sutra
Por Carlos Vicente Torrealba

Nunca exijas más de  lo que no puedes dar,  pero tampoco te quejes de lo que recibas y menos reniegues de lo que tú no haces



 de lo que más ha hablado el ser humano en sus distintas etapas y tiempo es sobre el deseo,  lo curioso es lo poco que este ha podido comprenderlo. El deseo amigos,  es como si observáramos un edificio de diez pisos  donde su planta baja es precisamente el deseo y su último piso es el placer, aunque  en cada piso hay un impulso también de deseo y es  que este no es solamente una emoción o una experiencia instintiva, sino que además envuelve áreas del cerebro que realizan tareas intelectuales, razón por la cual es un fenómeno muy personal, muy subjetivo y de gran complejidad ¡Que rico no!

Nuestro sistema educativo es ante todo una  educación de los deseos. De ahí que cuando pensamos en el sexo lo convertimos en un bien de consumo, algo así como  usar y tirar. Por lo menos esa ha sido la conducta de la mayoría de las generaciones anteriores  donde el engañar, el mentir para disfrutar de la ilusa  fue una constancia donde la relación se caracterizaba por que casi no existía  ningún componente afectivo y  menos de compromiso personal, que convierte esas relaciones en algo más.
  
La sexualidad consumista que empieza en los años 60 y 70 del siglo XX   no busca al otro para amar y compartir,  tan sólo busca al cuerpo del otro como objeto de placer. Igual ocurre en todos los aspectos del consumismo: tener y acumular como meta. La mayoría de las emigraciones de esa fecha nos dejaron culturalmente esa enseñanza. 
De ahí es el porqué un elevado porcentaje de mujeres en el mundo sufran  de falta de deseo sexual. Los hombres también confrontan problemas, sólo que ni siquiera tocan el tema. Un gran número de personas opina que la explicación de todo está en que el deseo sexual se agota. Al parecer en el caso de las mujeres,  el estrés y la fatiga tienen una gran responsabilidad, aunque igualmente la baja autoestima y la incapacidad para alcanzar el orgasmo son elementos de peso que afectan la libido femenina.

Cuando nos sentimos atraídos sexualmente por alguien, en el cerebro se activa una red localizada en regiones específicas. Dichas zonas gobiernan las emociones, la motivación, la imagen corporal, así como recuerdos asociados a experiencias vitales. Las memorias pueden afectar el deseo sexual en formas incluso muy sutiles. De allí es que se crea que la realidad del deseo es un resultado de las partes emocionales, motivacionales e intelectuales del cerebro.

Las personas con bajos niveles de deseo sexual pierden tiempo interpretando a su compañero y llegando a conclusiones que probablemente ni sean correctas. Por otra parte, monitorean sus propias reacciones ante el estímulo erótico. La mente, lejos de disfrutar, se concentra en analizar lo que acontece en base a expectativas previamente forjadas.

Ello se refleja en que se activan las regiones cerebrales prefrontales, encargadas de la inhibición conductual, de la autoevaluación y de interpretar las acciones de los demás. Los famosos dolores de cabeza de las mujeres posiblemente tengan sus raíces en esta considerable actividad intelectual durante la relación sexual.

Las causas del deseo sexual, más que químicas, estarían en el plano psicológico y del intelecto, lo que discrimina una solución hormonal en favor de enseñar a las personas a relacionarse más libremente, sin excesivos juicios sobre sí mismos o los demás. De ahí que lo mejor del deseo es desear sin trabas.

¿Cuándo llegas?

Una lectora me pregunta: ¿Qué se siente cuando se experimenta un orgasmo? Bueno amiga el  orgasmo es esa tremenda dosis de placer que se experimentas durante apenas unos segundos y que te deja una sensación de relax total, felicidad, confianza y hasta un poquito de sueño.  

 la primera fase de la respuesta sexual, tus movimientos son lentos y pausados, tus labios mayores y menores se abren, el clítoris crece y la circulación en toda la zona pélvica aumenta.

En la segunda fase o meseta, tu excitación se vuelve incontrolable, tu corazón se acelera, tu piel se sonroja, tu lubricación está al máximo y tus senos se elevan y endurecen. ( Que nota no).

La tercera fase del orgasmo pasa muy rápido, pero es inconfundible, es un completo estallido de placer, acompañado de contracciones vaginales,  que cortan tu respiración y provocan gemidos o gritos. 

El desenlace o resolución viene con una intensa sensación de alivio, sonríes, sientes especial ternura por tu pareja, la conexión con este se refuerza y en muchos casos te invade la somnolencia y la tranquilidad. Lo mejor de todo es cuando se hace con alguien que te ama y te respeta entonces todo como que es más perfecto amiga
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Nota: Para mayor información Unidad del Estrés la Ansiedad y las Emociones, Dr. Carlos Vicente Torrealba Centro Cardiológico Integral, Ciudad Bolívar Cel 04249294891


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