Las Notas
desde el Chinchorro Sutra
Por
Carlos Vicente Torrealba
Nunca exijas más de lo que no puedes dar,
pero tampoco te quejes de lo que recibas y menos reniegues de lo que tú
no haces
de
lo que más ha hablado el ser humano en sus distintas etapas y tiempo es sobre
el deseo, lo curioso es lo poco que este ha podido comprenderlo. El deseo
amigos, es como si observáramos un edificio de diez pisos donde su
planta baja es precisamente el deseo y su último piso es el placer, aunque
en cada piso hay un impulso también de deseo y es que este no
es solamente una emoción o una experiencia instintiva, sino que además envuelve
áreas del cerebro que realizan tareas
intelectuales, razón por la cual es un fenómeno muy personal, muy subjetivo y
de gran complejidad ¡Que rico no!
Nuestro
sistema educativo es ante todo una educación de los deseos. De ahí que
cuando pensamos en el sexo lo convertimos en un bien de consumo, algo así como
usar y tirar. Por lo menos esa ha sido la conducta de la mayoría de las
generaciones anteriores donde el engañar, el mentir para disfrutar de la
ilusa fue una constancia donde la relación se caracterizaba por que casi
no existía ningún componente afectivo y menos de compromiso
personal, que convierte esas relaciones en algo más.
La
sexualidad consumista que empieza en los años 60 y 70 del siglo XX no
busca al otro para amar y compartir, tan sólo busca al cuerpo del otro
como objeto de placer. Igual ocurre en todos los aspectos del consumismo:
tener y acumular como meta. La mayoría de las emigraciones de esa fecha nos
dejaron culturalmente esa enseñanza.
De ahí es
el porqué un elevado porcentaje de mujeres en el mundo sufran
de falta de deseo sexual. Los hombres también confrontan
problemas, sólo que ni siquiera tocan el tema. Un gran número de personas opina
que la explicación de todo está en que el deseo sexual se agota. Al
parecer en el caso de las mujeres, el estrés y la fatiga tienen
una gran responsabilidad, aunque igualmente la baja autoestima y
la incapacidad para alcanzar el orgasmo son elementos de peso
que afectan la libido femenina.
Cuando
nos sentimos atraídos sexualmente por alguien, en el cerebro se activa una red
localizada en regiones específicas. Dichas zonas gobiernan las emociones, la
motivación, la imagen corporal, así como recuerdos asociados a experiencias
vitales. Las memorias pueden afectar el deseo sexual en formas incluso muy
sutiles. De allí es que se crea que la realidad del deseo es un resultado
de las partes emocionales, motivacionales e intelectuales del cerebro.
Las
personas con bajos niveles de deseo sexual pierden tiempo interpretando a su
compañero y llegando a conclusiones que probablemente ni sean correctas. Por otra
parte, monitorean sus propias reacciones ante el estímulo erótico. La mente,
lejos de disfrutar, se concentra en analizar lo que acontece en base a expectativas
previamente forjadas.
Ello se
refleja en que se activan las regiones cerebrales prefrontales, encargadas
de la inhibición conductual, de la autoevaluación y de interpretar las acciones
de los demás. Los famosos dolores de cabeza de las mujeres posiblemente tengan
sus raíces en esta considerable actividad intelectual durante la relación
sexual.
Las
causas del deseo sexual, más que químicas, estarían en el plano
psicológico y del intelecto, lo que discrimina una solución
hormonal en favor de enseñar a las personas a relacionarse más libremente, sin
excesivos juicios sobre sí mismos o los demás. De ahí que lo mejor del deseo es
desear sin trabas.
¿Cuándo
llegas?
Una
lectora me pregunta: ¿Qué se siente cuando se experimenta un orgasmo? Bueno
amiga el orgasmo es esa tremenda dosis de placer que se experimentas durante
apenas unos segundos y que te deja una sensación de relax total, felicidad,
confianza y hasta un poquito de sueño.
la
primera fase de la respuesta sexual, tus movimientos son lentos y pausados, tus
labios mayores y menores se abren, el clítoris crece y la circulación en toda
la zona pélvica aumenta.
En la
segunda fase o meseta, tu excitación se vuelve incontrolable, tu corazón se
acelera, tu piel se sonroja, tu lubricación está al máximo y tus senos se
elevan y endurecen. ( Que nota no).
La
tercera fase del orgasmo pasa muy rápido, pero es inconfundible, es un completo
estallido de placer, acompañado de contracciones vaginales, que cortan tu
respiración y provocan gemidos o gritos.
El
desenlace o resolución viene con una intensa sensación de alivio, sonríes,
sientes especial ternura por tu pareja, la conexión con este se refuerza y en
muchos casos te invade la somnolencia y la tranquilidad. Lo mejor de todo es
cuando se hace con alguien que te ama y te respeta entonces todo como que es
más perfecto amiga
Nota: Para mayor información Unidad
del Estrés la Ansiedad y las Emociones, Dr. Carlos Vicente Torrealba
Centro Cardiológico Integral, Ciudad Bolívar Cel 04249294891