miércoles, 28 de diciembre de 2011

La Jauría


La Jauría

Por Carlos Vicente Torrealba
twitter: @cartorrealba

Todos hablan de cómo será el 2012  y me preguntan: ¿Cómo será ese año?, que desde luego  estará regido por la política visceral venezolana, esa que se lleva  todo por delante incluyendo la felicidad.

Saben amigos la mayoría de los hombres y mujeres de cualquier nación o cultura buscan  reflejar por fuera lo que en el fondo no  son por dentro, mientras que una minoría de humanos tratan toda su vida de reflejar justamente por fuera lo que si son por dentro. Quizás esta diferencia se deba a que el cerebro no busca en si la verdad tan solo sobrevivir, aunque sea dentro de una jauría igual. ¿Qué le pasa a todos los venezolanos hoy en día que su único objetivo pareciera sobrevivir, más que vivir?.

Aunque no existe  un estudio científico sobre la calidad de vida de los venezolanos  hace 20 años atrás con respecto a lo de hoy,  si  sabemos  la intensidad y la magnitud del desasosiego que vivimos hoy, sobre todo por la dualidad de la moral y una violencia que nos ha desestructurado nuestra visión de la propia libertad, felicidad y justicia.

El mañana siempre será una incertidumbre sobre todo porque lo construimos hoy y ese mañana no existe si no existe un hoy donde los factores personales  son los que pueden ayudarnos  a sobrevivir. De ahí es que es imprescindible aprender a gestionar las propias emociones. Saber diseñar nuestros compromisos de forma diaria, semanal, mensual y anual para poder diferir lo que las crisis obligue a diferir.

El venezolano debe tener claro que no hay vida si no se controla por lo menos parte de ella,  no podemos seguir cediendo esta a consignas y dogmas que ni siquiera los voceadores de estas conocen. No hablo de derecha o izquierda ya que ambas en nuestra nación en el terreno de la práctica han resultado lo mismo sobre todo en materia de depredación de votos.

La felicidad no es el resultado de ideologías políticas, ni de religión alguna. Es la ausencia del sufrimiento  y depende de su intensidad y magnitud,  el grado de felicidad que tenemos. El año 2012 no es el fin de nada, pero si puede ser el principio de nuestra felicidad como sociedad, como individuos y hasta como nación.

Las jaurías se nutren de nuestra docilidad, de nuestra apatía y de esa falta de compromiso sobre todo con nosotros mismos; el año 2012 será el que queramos construir,  nada  más! .
 

domingo, 11 de diciembre de 2011

La sexualidad y el dolor

 sexualidad y el dolor
por Carlos Vicente Torrealba 

Muchas personas hablan hoy en día de las relaciones toxicas, y estas en verdad existen pero muy pocos hablan de los elementos extra parejas que la excitan, motivan y multiplican.

Hay parejas, que por más problemas que existan son sólidas y esto se debe que ambos pueden visualizar esos elementos perturbadores. Pero hay otras que no ven con claridad esos elementos o peor aún saben que existe pero no hacen nada por evitarlo, su miedo paralizante o conveniente se lo impide.

Saben amigos, el mayor dolor en la sexualidad no es una penetración dolorosa para ella o para él; no es un dolor punzante en un testículo, no son los senos que duelan antes de la menstruación. El mayor dolor en el ejercicio de la sexualidad  es cuando las emociones,  los sentimientos son perturbados por otros y cuando esto te trastornan el deseo.

Se dice que el deseo es una pulsión que nos inclina irremediablemente hacia un objetivo irracional, o quizá más racional de lo que parece.  Para algunos estudiosos, el deseo es la causa del sufrimiento mismo y su aniquilación, el secreto de la felicidad.
El deseo podría interpretarse como la pulsión de vida (Eros), la cual tiende a la creatividad. Esta fuerza inspiradora se contrapone con la pulsión de muerte. En este sentido, existe una suerte de equilibrio entre ambas pulsiones. La angustia de muerte podría originarse en el temor de no poder satisfacer el deseo, lo cual nos define como sujetos finitos y esta finitud se manifiesta en una pulsión interna.

El gran dolor en las parejas está sin duda alguna en el campo de las emociones y mas si es por causas de la intromisión de otros que suelen hacer estragos, empezando por el deseo y atacando los afectos que han surgidos entre la pareja

Desaprender

 
Por Carlos Vicente Torrealba
chinchorrosutra@gmail.com
chinchorro-sutra.blogspot.com
Twitter: @cartorrealba

¿Por qué nadie nos enseña a desaprender?




Luego que intenté que algunos cajeros del aeropuerto  me fuera útil o que regresara la famosa línea en el banco, agotado por la desesperación de no poder hacer nada contra lo inevitable de vivir en una nación donde el ser ciudadano es casi una utopía, me fui al cafetín del aeropuerto a ser un poco de catarsis y como un monje tibetano busque mi “OM” en una tasa de café.

Ya casi en el último sorbo de café se me acercó una joven turista pidiéndome información sobre Canaima. Ella tenía una gran ansiedad, se le podía notar en cada gesto de su cuerpo; luego de estar hablando por más de media hora me dijo que venia a Canaima para olvidar un gran amor,  yo le señalé que su desamor es difícil olvidar tan sólo contemplando la naturaleza.

Bueno amigos, nadie sabe la verdadera traducción al inglés de la palabra ¡desamor!. Al parecer es una palabra muy bien conocida en el habla castellana y mas en nuestro continente latinoamericano y es que tanto el desamor como el suicidio son palabras que la gente no le apetece por conveniencia recordar.

Del suicidio sabemos algo ya que todo empezó con el de  Sócrates y desde allí el hombre ha tratado de comprender esa  epidemia  que posee componentes familiares vinculados con la violencia; mientras que del desamor apenas amigos sábenos nada, tan sólo que en nuestras culturas es la mayor sensación de perdida. Sí,  no sólo lo sentimos,  es que hasta lo expresamos y quisiéramos que toda la tribu se de cuenta de nuestro sufrimiento.


Aunque la llegada o mejor,  ante la penetración del desamor no tiene que ser esta siempre el anuncio del fin y la caída al abismo. En realidad, en la mitad de los casos, la finalización de un amor equivocado abre la perspectiva nada despreciable de no tener que sufrir durante otros veintisiete años o quizás cinco o menos,  la convivencia con alguien que no te quería o que ya había agotado su capacidad de amar.  No todo son pérdidas y sufrimiento acumulado en lo referente al desamor.

La joven turista me preguntó: ¿Cuáles serían los remedios para el desamor?  La gran mayoría de los neurocientíficos y neurofilosofos recomiendan, por supuesto, no encerrarse en sí mismo ahondando en el dolor de la extinción de un gran amor, sino sustituir esa emoción negativa por otra de igual intensidad pero de signo contrario. Diría mi padre con sus breves palabras “volverse a enamorar cuanto antes, mejor” o esa sabiduría popular de un clavo saca otro clavo. Pero creo que la solución no es tan simple como se suele decir, es mas creo que hay un componente que se olvida  y es que las  personas que se encuentran hundidas en un gran desamor no están en condiciones ni tienen ganas de volver a enamorarse de inmediato, a no ser que cuenten con un componente especial o que su vida esté marcada en un acordeón de amor y desamor.

La joven turista buscaba su kundaline del desamor cambiando de paisaje viendo otras costumbres,  hablando otro idioma,  olvidando hasta los pasos que había dado junto al otro. Quizás  ella hubiera cambiado de planeta si eso le fuera factible.

Pero ante el desamor los neurofilósofos han descubierto algo interesante y todo está encerrado en una palabra que ha tenido una gran relevancia desde que los científicos y los contemplativos han empezado a trabajar juntos en proyectos y esta palabra es “desaprender”. Es decir frente al amor es importantísimo aprender y frente al desamor desaprender. Algo que jamás se nos habló en todo en desarrollo de nuestra vida,  aunque hasta ahora lo importante era aprender y aprender. Sí, sin importar que  fuera estupideces.

No conozco hasta la fecha a alguien que se le halla enseñado a desaprender,   la filosofía del positivismo nos enseña que todo viene para algo mejor, es el hombre que se encuentra en un estado permanente de cambio, quizás es este principio que ha hecho posible que los seres humanos, sociedades y países que más veces y más intensamente deben soportar las tristezas y el desamparo del desamor son también,  aquellos hombres y mujeres, sociedades y países con mayor capacidad emocional para amar. Es que estoy convencido que sólo puede producirse el desamor donde hubo antes mucho amor. La joven turista sonrió y se marchó.

sábado, 3 de diciembre de 2011

Sexo y nada más


Sexo y nada más
por Carlos Vicente Torrealba 

Las redes sociales han puesto otra vez en la palestra a los “amigos con derecho” algo que sucedió en la década de los 60 del siglo XX,  trayendo un enorme problema en las emociones individuales.

Para mi punto de vista es muy difícil mantener a largo plazo una  relación íntima que implique coito sin compromiso. Eso de tener una relación a base de mensajes de texto y reunirse en el hotel como si fuera un consolador animado es posible,  pero siempre traerá consecuencias emocionales que serán canceladas muy costosamente con nuestro equilibrio emocional

¿Que se busca en una relación estrictamente sexual? Al parecer generalmente es mitigar la soledad y creer que en una relación de este tipo no hay promesas y por lo tanto no existen  mentiras. Aunque la gran mentira es creer que los amigos con derecho no va implicar el nacimiento de lazos afectivos, ni los profesionales del coito permiten que un cliente sea exclusivo de ellos,  ya que de una forma u otra le tomarán cariño.

Muchos creen que el coito sin compromiso es algo muy simple y fácil de resolver. Para algunos si sobretodo son inmaduros promiscuos e inconscientes. Sabemos que el  coito esporádico con conocidos es parte de la historia de la humanidad,  pero trae consecuencias reflejadas en esa propia historia. Los intercambios sexuales no amorosos están cobrando mucha  fuerza en la red, por lo que se ha vuelto popular y hay quienes explotan su lado encantador y apasionado pero no dice que se va cultivando puras flores marchitas.

Sexo y nada más

Las redes sociales han puesto otra vez en la palestra a los “amigos con derecho” algo que sucedió en la década de los 60 del siglo XX,  trayendo un enorme problema en las emociones individuales.

Para mi punto de vista es muy difícil mantener a largo plazo una  relación íntima que implique coito sin compromiso. Eso de tener una relación a base de mensajes de texto y reunirse en el hotel como si fuera un consolador animado es posible,  pero siempre traerá consecuencias emocionales que serán canceladas muy costosamente con nuestro equilibrio emocional

¿Que se busca en una relación estrictamente sexual? Al parecer generalmente es mitigar la soledad y creer que en una relación de este tipo no hay promesas y por lo tanto no existen  mentiras. Aunque la gran mentira es creer que los amigos con derecho no va implicar el nacimiento de lazos afectivos, ni los profesionales del coito permiten que un cliente sea exclusivo de ellos,  ya que de una forma u otra le tomarán cariño.

Muchos creen que el coito sin compromiso es algo muy simple y fácil de resolver. Para algunos si sobretodo son inmaduros promiscuos e inconscientes. Sabemos que el  coito esporádico con conocidos es parte de la historia de la humanidad,  pero trae consecuencias reflejadas en esa propia historia. Los intercambios sexuales no amorosos están cobrando mucha  fuerza en la red, por lo que se ha vuelto popular y hay quienes explotan su lado encantador y apasionado pero no dice que se va cultivando puras flores marchitas.
En algunas oportunidades solemos amar dos veces a la vez, es decir por los dos y eso no es bueno para ninguno de los dos